Propagación de la luz
· La velocidad de la luz, 299.792 km/s, es un límite universal. Aprende cómo se mantiene constante en todas las frecuencias y qué explica este fenómeno.
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1/11/2025 ― La velocidad de la luz es una de las constantes fundamentales de la física y uno de los pilares sobre los que se construye nuestra comprensión del universo. Representa la rapidez máxima a la que puede propagarse cualquier interacción o información en el espacio-tiempo, siendo esencial en teorías como la relatividad de Einstein. Su valor exacto en el vacío, 299.792.458 metros por segundo, no es solo un dato impresionante, sino una referencia absoluta que relaciona fenómenos tan diversos como la astronomía, la óptica y la comunicación moderna.
Comprender la física de la luz es esencial para determinar su velocidad y la propagación de las ondas de radiofrecuencia
Como verás a lo largo de este artículo, la comprensión de la velocidad de la luz está lejos de ser completa y te presento más incógnitas de las que suele reconocerse. Esto no debería sorprendernos: la historia de la ciencia está llena de ejemplos en los que se ha avanzado apoyándose en teorías parciales, provisionales o incluso erróneas, que más tarde fueron revisadas o sustituidas por nuevos enfoques. Es probable que, con el paso del tiempo, la explicación aceptada sobre la velocidad de la luz acabe siendo reconsiderada, y que las observaciones y planteamientos actuales se conviertan en un caso más de cómo el conocimiento evoluciona al descubrirse nuevas evidencias.
Quizá dentro de unas décadas, lo que hoy consideramos una verdad incuestionable sobre la velocidad de la luz sea visto como una simpática equivocación histórica.
¿Si la velocidad del magnetismo es instantánea, por qué la transmisión de la luz no lo es?
Esto es lo que dice la comunidad científica actual. A primera vista, podría parecer lógico pensar que, si la luz está formada por campos magnéticos alternos, y el magnetismo se propaga de forma instantánea, entonces la luz también debería hacerlo. Sin embargo, esta idea parte de un malentendido: el magnetismo no se propaga instantáneamente. ―Según mi teoría publicada en el libro «Por que brillan las estrellas» afirmo y desarrollo que el magnetismo, al igual que la gravedad, se propagan instantáneamente al ser energías cuánticas―.
En física clásica, los campos magnéticos de un imán o de un conductor con corriente constante parecen «existir» de inmediato en todo el espacio, pero eso ocurre porque el campo ya estaba establecido. Cuando se produce un cambio —por ejemplo, al mover un imán o modificar la corriente—, esa alteración no llega instantáneamente, sino que se propaga como una perturbación electromagnética a una velocidad finita: la velocidad de la luz en el vacío.
Así, la luz no puede viajar más rápido porque su propia naturaleza —una oscilación acoplada de campos eléctricos y magnéticos— está ligada a esa constante universal. El magnetismo «instantáneo» es solo una ilusión de los campos estáticos, pero el mundo dinámico de los cambios electromagnéticos obedece a la misma velocidad límite.
¿Por qué la velocidad de la luz es independiente de la frecuencia?
Según la ciencia actual, en el vacío, todos los fotones —ya sean rayos gamma, luz visible u ondas de radio— viajan exactamente a la misma velocidad: c = 299.792.458 m/s. Esto sorprende porque, en la mayoría de las ondas que conocemos, como el sonido en el aire o las olas en el agua, la velocidad de propagación depende de la frecuencia y del medio.
La explicación está en que, en el vacío, la velocidad de la luz no está determinada por la frecuencia de la onda, sino por las propiedades fundamentales del espacio.
En un medio material, la historia cambia: la luz interactúa con los átomos y electrones del material, lo que provoca que diferentes frecuencias se propaguen a velocidades distintas. Este fenómeno se llama dispersión y es el motivo por el que un prisma separa la luz blanca en colores. Pero en el vacío no hay nada que frene o desvíe los fotones, por lo que todos viajan a la misma velocidad, sin importar su frecuencia.
En definitiva, la uniformidad de la velocidad de la luz en el vacío es consecuencia directa de que el espacio mismo, sin materia que interfiera, actúa como un medio «perfecto» cuyas propiedades no dependen de la frecuencia.
Así lo explica la ciencia actual.
Una nueva teoría para entender por qué todas las ondas viajan a la misma velocidad de propagación
Ahora te voy a exponer de forma resumida mi teoría sobre la propagación de la luz que desarrollo en el libro «Por qué brillan las estrellas». En física se acepta que todas las ondas electromagnéticas —desde las ondas de radio hasta los rayos gamma— viajan a la misma velocidad en el vacío: 299.792 km/s. Pero, ¿y si esa coincidencia no fuera solo una propiedad «misteriosa» del espacio, sino el resultado de un patrón oculto en la propia estructura de las ondas?
En mi teoría afirmo que el magnetismo se transmite de forma instantánea. Ahora bien, imagina que cada ciclo de una onda magnética está formado por cuatro fases: dos momentos de transición ―de cresta a valle y de valle a cresta― y dos momentos «activos» ―la cresta y el valle―.
En las transiciones de la cresta al valle, la onda se ralentiza de forma gradual, bajando desde una velocidad instantánea hasta unos 50.000 km/s para luego volver a acelerar. En cambio, en las fases activas, el campo magnético alcanza su punto máximo y la propagación es instantánea.
El resultado es que, al combinar estas fases de aceleración, desaceleración y transmisión instantánea, la onda obtiene siempre la misma velocidad media, sin importar su frecuencia. La mitad del ciclo corresponde a zonas de transición y la otra mitad a zonas activas, lo que curiosamente coincide con el diseño óptimo de muchas antenas de radiofrecuencia ―media longitud de onda o un cuarto de onda―.
Un detalle interesante es que, en ondas de baja frecuencia, las fases de transición duran más tiempo que en las de alta frecuencia. Sin embargo, las ondas rápidas tienen más ciclos en el mismo intervalo, y la suma total de «tiempos inactivos» acaba siendo idéntica en ambos casos. Así, todas las frecuencias mantienen la misma velocidad de propagación.
Este planteamiento no solo da un nuevo ángulo para razonar sobre la velocidad de la luz, sino que también abre la puerta a reflexiones y posibles investigaciones sobre la naturaleza íntima del electromagnetismo. ― Juan Vicente Santacreu.
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Te propongo este artículo:
El misterio de la luces polares al descubierto ― Siguiendo mi teoría sobre la velocidad de propagación de la luz, desarrollo una explicación científica sobre estas luces tan misteriosas donde la ciencia ofrece una explicación muy ambigua por su propia naturaleza.
3010 - En la sociedad contemporánea, la ciencia y la tecnología son indispensables para resolver los desafíos más urgentes a los que se enfrenta la humanidad.
♦ Algunos datos curiosos ►
Antonio Gutiérrez Calvo ― La teoría que propone Santacreu sobre la propagación de la velocidad de la luz aporta una perspectiva fresca y desafiante que invita a repensar conceptos aparentemente establecidos. Al plantear que cada ciclo de la onda electromagnética incluye fases de aceleración, desaceleración y transmisión instantánea, explicas cómo se mantiene una velocidad media constante, independientemente de la frecuencia.
Este postulado ofrece una posible explicación física a la constancia de la velocidad de la luz, y también explica elegantemente aspectos prácticos como el diseño de antenas. Más allá de la explicación técnica, su planteamiento abre una puerta a la reflexión sobre cómo interpretamos la naturaleza del electromagnetismo y la luz. En ciencia, cuestionar lo establecido es fundamental para avanzar, y su teoría, aunque novedosa y polémica, puede ser el punto de partida para nuevas investigaciones que amplíen nuestro entendimiento del universo y sus leyes fundamentales.
